hubo un día en que sentí
el fuego correr en mí
sin siquiera imaginar.
pero tú me diste
lo que yo quería y no
no podía recordar
unas manos tan frías.
y se que ahora yo
recuerdo todavía
el frío anochecer que era antes mi hogar.
y en la ciega luz
de mi oscura habitación
quiero tu corazón
para que pueda ver tu dolor.
no me hagas sufrir
porque temo la razón
que me ata día a día.
y no me dejes, no
por odiar la ambrosía
que me has dado a conocer
oh, vida mía
y que me ata todavía.