La noche tiene
ojos azules.
Rompe corazones
con su tibio perfume.
Embriaga el pensamiento
y nos aclara el alma.
Trémula, te toma
de la mano y no descansa
hasta que, en pedazos,
la rompe el alba.
Ella te busca
y te descubre.
Es una coqueta
que nos llama y seduce.
Cuántas veces en sus ojos
me habré visto reflejado,
creyendo tan sólo
que sentía que pensaba
creer que creía
saber que soñaba.
No temas asirte
de su pálida mano;
te lleva y se deja llevar
feliz a cualquier lado.
Las brujas repasan
sus memorias gastadas
y, a un paso de ellas, las divas,
pasean su fama
y un poeta busca versos
caminando por Las Ramblas.
La noche tiene
ojos de amante.
Dibuja romances
y delirio constante.
Nunca tiene suficiente
mientras pueda exigir más.
Completamente ebrio
le llevo el compás;
sujeto a sus senos
me echo a volar.
Cualquier día, al amanecer,
nadie me encontrará