Un poderoso reggae sobre heroinomanos que intercambian agujas infectadas con VIH.
La distorsionada percepcion de una ignota realidad que embota el alma y aprisiona el cuerpo es el marco propicio para la contaminacion del VIH. Complices agujas hacen el resto.
Una aguja fue el comienzo
de su locura sensorial
complice del sometimiento
a una adiccion mortal...
Cada retorno fue un tormento
en una realidad comun
un espasmodico silencio
de un narcotico ataud...
Por el limbo de tu viaje
se extravio la precaucion
compartiendo las jeringas
indefenso a la infeccion...
La misma historia cada dia
intoxicando la razon
viviendo aprisa una agonia
que se consume tu calor
que se consume tu calor
que se consume tu calor.